Año 3. Número 4. Enero - Junio 2015

Artículo

 

 

Desafíos de la docencia en México: ¿Cómo generar sinergia educativa?

Maricela Ojeda Gutiérrez

Docente de la Universidad del Centro de México

 

 

Resumen

La educación ha sido objeto de análisis por distintos actores dentro de la sociedad a raíz de la reforma educativa en México. Este documento pretende dar una panorámica de los principales desafíos a los que se enfrentan los profesores en todos los niveles educativos y toma como referencia teórica los postulados de Morin y Delors publicados por la UNESCO. Se presentan algunas reflexiones sobre qué hacer para generar sinergia educativa.

 

Palabras clave: sinergia educativa, desafíos, docencia.

 

Abstract

Education in México has been analyzed by many different people of our society due to constitutional changes in Mexico’s educational system. This document gives an overview about some of the most important challenges teachers must face in all scholar levels, and it takes as its theoretical reference Morin & Delors’ points of view published by UNESCO. There are some ideas about what we could do to produce educational synergy.


Keywords: educational synergy, challenges, teaching.

 

 

Durante la última década del siglo XX, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Tecnología (UNESCO) publica dos documentos que han servido de inspiración en materia de educación. El primero de ellos, el informe a la UNESCO elaborado por la comisión internacional integrada por quince personas sobre la educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors. “La educación encierra un tesoro” (1996), título con el que este informe se dio a conocer, pretende dar algunas luces sobre los desafíos que enfrentaría la educación, pero también algunas sugerencias sobre aquellos elementos que permitirían tomar decisiones acertadas para las sociedades que iniciaban el nuevo milenio. El segundo, en respuesta al proyecto transdisciplinario “Educación para un futuro sostenible” en el que Edgar Morin fue convocado para reorientar la educación hacia el desarrollo sostenible con una mirada y pensamiento complejos. El producto de Morin se traduce en un texto entrañable que lleva por título “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro” (1999).

Después de diecinueve años de haberse publicado el informe Delors, y a casi dieciséis años de las reflexiones de Morin, los postulados de ambos documentos parecen ser atemporales por su relevancia y pertinencia en este mundo totalmente globalizado y con la constante del cambio en todo su esplendor. La pregunta que surge es ¿qué aspectos de los dos textos pueden ser considerados para atender las necesidades educativas de esta sociedad ubicada en un momento histórico distinto y complejo ya en lo individual que en lo colectivo? ¿qué características debe poseer un docente para crear sinergia educativa? La educación pluridimensional en toda su complejidad exige la transformación de la práctica docente como tradicionalmente se ha manejado para dar paso a sinergias educativas. En palabras de Delors “La educación, sin límites temporales ni espaciales, se convierta entonces en una dimensión de la vida misma” (Delors, 1996:125). El propósito de este ensayo es mostrar cómo se vinculan los postulados del informe Delors y las reflexiones de Morin para dar cabida a una visión amplia de la docencia en el México actual.

La reflexión gira en torno a la docencia mexicana, que está atravesando una crisis sin precedentes. Las reformas constitucionales realizadas por el ejecutivo en materia educativa en el año 2013 pusieron en la mira al Sistema Educativo Nacional y su funcionamiento. A partir de estos cambios, surgió la necesidad de crear un Sistema Nacional para la Evaluación de la Educación, como un organismo público autónomo con personalidad jurídica que dentro de sus atribuciones se encuentra la evaluación de la calidad, el desempeño y los resultados de la educación y por ende la evaluación de los profesores desde su incorporación, permanencia y promoción dentro de dicho Sistema. Estos cambios no habrían sido un problema si las manifestaciones en contra de las reformas educativas, por parte de algunos profesores pertenecientes o no a facciones contrarias al cambio, hubieran sido pacíficas y por las vías idóneas para ello. Por el contrario, tuvimos ocasión de ver plantones que se extendieron en el tiempo y en agresión física en algunos lugares y momentos. La percepción de la población con respecto a los profesores y la educación cambió, para dar paso a una concepción de que los profesores son personas poco preparadas y dispuestas a dejar su salón de clase para levantar mantas y proclamarse en contra de cualquier cosa.

Los docentes, sin importar en donde trabajemos y cuál sea nuestra orientación ideológica, estamos en la mira de una sociedad cansada e insatisfecha por la oferta educativa a la que puede acceder. Pero ¿cómo revertirlo? ¿cómo cambiar esa perspectiva de no funcionalidad y transformar la imagen de la docencia en algo propositivo y prospectivo que contribuya efectiva y eficientemente en la educación que queremos para nuestros niños y jóvenes del milenio? ¿Cómo hacer sinergia educativa? Entendiendo el término de sinergia educativa desde la perspectiva de Delors que la concibe como “la educación, sin límites temporales ni espaciales, se convierte entonces en una dimensión de la vida misma” (1996: 125).

Tedesco (2002) pregunta “¿Qué quiere decir aprender a aprender?”, ¿será posible que los docentes mexicanos puedan aprender a aprender? y para responder a estas preguntas Tedesco nos habla de que la obsolescencia y la renovación de los conocimientos son muy rápidas. Lo que un profesor aprendió en su formación inicial se ha quedado en el pasado, por lo que la educación actual requiere profesores mejor capacitados, pero también profesores con actitud positiva hacia la renovación de prácticas docentes. Para Morin “cuanto más poderosa sea la inteligencia general, mayor será su facultad para abordar problemas específicos” (1999: 48), por lo que un docente requiere un proceso reflexivo constante como producto de mirar los problemas sociales desde otras ópticas, la formación permanente provee esas habilidades e minimiza el riesgo del “error y la ilusión” (Morin, 1996:25).

Guillén explica como el aprender a conocer va más allá de la simple transmisión de conocimientos y supone el aprender a lo largo de toda la vida. Los profesores al desarrollar este gusto por aprender a aprender contagiarán a sus alumnos fomentando pensamientos complejos de orden superior que busquen alternativas para resolver problemas inmediatos, mediatos y prospectivos. Delors abunda en este postulado al plantear que la misión de la educación es permitir a todos sin excepción hacer fructificar todos los talentos y capacidades de creación, lo que conlleva que cada uno pueda responsabilizarse de sí mismo y realizar su proyecto personal. El desafío número uno en la docencia, se ubica en lograr que cada uno de los profesores considere necesario buscar nuevas perspectivas y métodos pedagógico didácticos idóneos para el tipo de alumnado que se encuentra en constante cambio.

La siguiente cuestión se orienta hacia el postulado de Aprender a hacer, ¿Qué es lo que un buen profesor debe hacer para lograr hacer significativa su enseñanza? Un maestro significativo se enviste de contenidos culturales y sociales que contribuyen a hacer de su práctica docente un momento de asombro, duda, curiosidad y disposición para el aprendizaje. Los profesores no pueden fragmentar todos los contenidos académicos en unidades didácticas descontextualizadas ya que se trata de fomentar la utilidad de los conocimientos en la vida misma de los alumnos. Guillén rescata que “la educación a lo largo de toda la vida aprovecha todas las posibilidades que ofrece la sociedad para aprender y desarrollar las capacidades del individuo” (2008:156), de la misma forma que Delors menciona que se debe mejorar la calidad del docente en todas sus dimensiones para fortalecer uno de los pilares del proceso educativo.

Mejorar la calidad del docente a través de una mejor selección y contratación del profesorado requiere cuidar desde la formación inicial, pero también la desarrollar mecanismos de formación continua a fin de que se puedan llevar a cabo mecanismos de evaluación justa que garanticen su permanencia laboral. Pero en el otro sentido, en el sentido de su permanencia, vigencia y significatividad como maestro, el desafío involucra un replanteamiento a no solo ser experto en su área disciplinar sino que también deberá vincularla con una aplicación real y contextualizada. Morin lo explica diciendo que “el conocimiento de las informaciones o datos aislados es insuficiente. Hay que situar la información y datos en su contexto para que adquieran sentido” (1999: 44). Evitar las frases como “de algo te ha de servir este aprendizaje” para dar cabida al fomento de una cultura científica en la toma de decisiones y actuaciones independientemente del nivel educativo en el que se trabaje como profesor.

El tercer desafío es todavía más complejo ya que Aprender a vivir juntos y convivir no es una tarea fácil en este México actual. Delors (1996) considera que enseñar la no-violencia en la escuela es una tarea loable, ardua ya que por naturaleza los seres humanos exacerbamos las cualidades del grupo al que pertenecemos y alimentamos prejuicios desfavorables hacia los demás. Pero también estamos inmersos en un bombardeo constante de actos violentos que han ido minando nuestra percepción hacia los conflictos y la manera en que podemos resolver nuestras controversias. Este autor afirma que la educación tiene una doble misión, enseñar en y para la diversidad (Delors, 1996), pero ¿cómo lograr abatir nuestros propios resquemores sobre la otredad? ¿Cómo descubrir en los otros las necesidades humanas que compartimos? Morin nos da una respuesta que tal vez pueda ayudar: “la educación debe velar por que la idea de unidad de la especie humana no borre la idea de su diversidad, y que la de su diversidad no borre la de la unidad […] una de las vocaciones esenciales de la educación del futuro será el examen y estudio de la complejidad humana que desembocará en un conocimiento, esto es, en una toma de conciencia de la condición común a todos los humanos, y de la muy rica y muy necesaria diversidad de individuos, pueblos, culturas, sobre nuestro arraigo como ciudadanos de la Tierra” (1996: 66-74).

La idea de ceder espacios para el diálogo, en donde el profesor se transforme en la persona que escuche las ideas y respete las opiniones se vuelve uno de los desafíos que mayor exigencia y voluntad requiere. Pensar en una educación incluyente que privilegie las diferencias y fortalezca las semejanzas se convierte en una necesidad actual. México requiere que la escuela cambie los espacios simbólicamente desarticulados en espacios abiertos a la diversidad, sobre todo de pensamiento.

Es, precisamente en esa diversidad que surge el último desafío para la docencia mexicana ¿cómo aprender a ser docente? La respuesta proviene desde el interior de cada uno de nosotros, desde la responsabilidad y compromiso ético para con nuestra profesión, pero también desde la mirada puesta en el resultado de lo que formamos. Cuando un profesor se reconoce y valora su quehacer, no necesita manifestarse con plantones y mantas. Cuando un profesor es consciente del impacto de sus acciones, procura cuidar su imagen, su comportamiento y la manera en que trata a los demás. Cuando un profesor identifica sus competencias, busca la renovación, innovación y creatividad en su práctica docente. Cuando un profesor explora sus potencialidades, fomenta la empatía, inclusión y trabajo colaborativo en aulas realmente democráticas. Para Delors, aprender a ser es “principio fundamental de educación de conferir a todos los seres humanos la libertad de pensamiento, juicio, de sentimiento y de imaginación que necesitan para que sus talentos alcancen la plenitud y seguir siendo artífices, en la medida de lo posible, de su destino (106-107).

A manera de cierre, podemos decir que la profesión docente en este período histórico en México está pasando por una crisis, entendiendo el término como un momento decisivo para el Sistema Educativo Nacional que puede y debe tener consecuencias importantes y trascendentes. La mirada y las acciones pueden ir encaminadas hacia cómo lograr vencer estos desafíos en materia de formación de profesores competentes que contribuyan a mejorar la calidad de la educación mexicana. Los documentos de Delors y Morin, permiten comprender que una de las maneras para transitar hacia una sociedad más justa e incluyente es a través de la educación. Por lo que el trabajo de los maestros en todos los niveles educativos será reunir los elementos necesarios para hacer sinergia educativa.

 

Delors, Jacques. (1996). La educación encierra un tesoro. París, Francia: UNESCO.

Guillén Celis, J. M. (2008). Estudio crítico de la obra: "la educación encierra un tesoro". Laurus , 14 (26), 136-167.

Morin, E. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. París, Francia: UNESCO.

Morin, E. (2001). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Barcelona: Paidós Studio.

Tedesco, J. C. (2002). Los pilares de la educación del futuro. Seminario de Educación de ACDE. Buenos Aires: UNESCO.